A través de la historia las culturas y religiones han creído
en la existencia de los ángeles como seres divinos con el propósito de guiarnos
y protegernos durante nuestro paso por la tierra.
En la mayoría de los libros que se han escrito sobre el tema
de los ángeles, se describen las enseñanzas y los encuentros espirituales o físicos entre
seres de luz y personas comunes. También se hace referencia a innumerables
apariciones que han dado como resultado el salvar vidas en momentos dramáticos en
donde prácticamente solo un milagro podría evitar la muerte.
En los últimos años, creciente número de personas están relatando
sus experiencias con entidades angelicales, las cuales han afectado
profundamente sus vidas, y en muchos casos la han transformado completamente. Encuestas
recientes han determinado que más del ochenta por ciento de la población del
mundo cree en ángeles o en visitaciones celestiales.
Los ángeles son mensajeros divinos, cuya misión en la tierra
es la de servir a la humanidad y de guiarla por el buen camino. La mayor parte
de esta misión es llevada a cabo por ángeles guardianes. Por lo menos es lo que
nos dice la Biblia. Pero lejos de entidades pacíficas y etéreas, los ángeles
blancos son guerreros fuertes y agresivos, armados con espadas, lanzas y
corazas deslumbrantes. Y tiene que ser así porque continuamente están luchando
contra fuerzas del mal y los enemigos de Dios y la humanidad.
Por: Migene González-Wippler
Extraído del Libro Angelorum.